Las Chicas de la P

Descripción de la publicación.

1/5/20235 min read

   Hace unos días venía camino a casa, esperé el bus en el cruce de la Av. Universitaria con Av. La Marina en San Miguel, era el atardecer del primer viernes de enero, era una tarde cálida, me subí en la línea P, que recorre toda la Universitaria. Este verano prometía ser ardiente. El bus tenía todos los asientos con pasajeros y solo dos o tres personas de pie. En el paradero de la Católica, subió lo que aparentaba era un grupo de estudiantes. Dos jovencitas vestidas de negro casi en totalidad, con excepción del blanco brillante de sus zapatillas, se pararon a mi costado. Yo, no traía teléfono ni libro en en las manos, mi única distracción durante el viaje era solo escuchar y observar lo que a mi alrededor sucedía. Ambas jovencitas continuaron su diálogo, el mismo que probablemente empezó en el paradero. Se conocían de antes, pero no llevan la misma clase. Una, la de lentes decía: ¿Tienes cursos en letras? - Y la otra, la más alta, respondió: No, solo estoy llevando algunos generales. A su vez, respondió también preguntando: ¿Cómo te fue en Madrid? La chica de lentes inició una larga historia. Bueno, Madrid bien, llevé un curso corto de intercambio, un poco de sociología política, pero más bien traté de descansar, esto de la universidad está siendo intenso, tú sabes, muchas marchas y mucha política, se discute demasiado y hay que leer, he estado metida en la biblioteca, pero también la estuve pasando bien. - En este punto, una señora cinco asientos delante mío volteaba de rato en rato para saber quién contaba la historia, puesto qué, la chica de lentes parecía daba un discurso en el bus, hablaba tan fuerte que sospecho que el chofer la escuchaba. Ella continuó: Bueno, estuve saliendo con un pata tú sabes, me dio un ataque de monogamia -La señora delante mío, escupió un caramelo que recién le había comprado a un niño- y bueno, yo estaba templada tú sabes cómo es, bueno creo que sabes, ¿Por qué sales con alguien, verdad? Bueno, sigo, ese pata me daba todo, muy rico sabes; resulta que bueno, él tenía una ex y siempre me hablaba de ella, a pesar que él me trataba bien, y a mí me gustaba, me dejaba u sabor raro que siempre hable de su ex, eso me decía que no la había olvidado del todo, además me daba colera que teníamos poco tiempo saliendo, tú sabes amor de navidad, bueno resulta qué me robaron mi iPhone 13, te conté que lo cambié recién, porque mi iPhone 12 ya no me gustaba, era monse y ya con el iPhone 13, todo era más chévere. Estaba en un parque allá y me robaron el teléfono, también mi bolso, pero yo me preocupé solo por mi teléfono. Entonces, él me dijo te voy a conseguir un teléfono por unos días, y me dio el teléfono de su ex, que era un iPhone 12, o sea feo pero yo solo lo quería hasta comprarme uno nuevo. Le recibí el teléfono, y me encontré todos los mensajes que había entre ellos y el muy mierda me estaba sacando la vuelta, seguía tirándose a su ex, puta, yo me dije, este patán es una caca, una mierda, o sea, yo le doy amor y el me traiciona, él sabía que yo quería una relación monógama, ya estaba cansada de relaciones polígamas, compartiendo mi vida con más de uno, o sea, yo quería algo menos divertido, era una inversión mía y él la cagó. La amiga, sin sorpresa, respondió: Bueno, ya olvídalo, mejor regresas a tu vida anterior no, es más divertida no dices; los patas son reemplazables todos. La señora, la de cinco asientos adelante, se paró, le cedió el asiento a una persona mayor, se acercó un poco y fijó como yo la oreja. Más allá, tres asientos adelante en diagonal, un muchacho seguía ensimismado viendo videos cortos, tenía las manos sobre el respaldar del asiento delantero, y todos los de atrás veíamos los videos que él veía, todos eran de chicas en bikini bailando de espaldas a la cámara. La chica de lentes en tanto, continuó su historia. No sé qué hacer, dijo. Creo que voy a regresar a la poligamia, es más cansada, pero más divertida, lo malo es que hay huevones que se tiemplan y la cagan. Pero sabes, aún extraño a esta mierda, y de vez en cuándo lo llamo para salir, bueno son mis ataques monogámicos que me dan de rato en rato creo, yo sé que él sigue con su ex, pero con esto yo la cago a ella pues, ojo por ojo tú me entiendes. La chica más alta aconsejó a la chica de lentes: Sabes que siempre puedes cambiar, la monogamia es una huevada, trata de ver si la poligamia te sienta, quizá eso es mejor para ti por un tiempo, ya luego cuándo no tengas vida te enamoras y te casas, total el amor es para las huevonas. La señora de adelante, la que estaba de pie, se bajó del carro, se quedó en Tomas Valle con Universitaria, desde el paradero solo atinaba a mirar por la ventana el sitio que yo ocupaba en el bus, por supuesto concentrada en mis vecinas de pie. El bus continuó su camino, la conversa viró cuándo la chica de lentes preguntó a la chica más alta: ¿Qué harás cuándo acabes la carrera?, te faltan tres años, ¿no? La chica más alta respondió: Bueno, tú sabes que el Perú está cagado, la gente de la derecha nos tiene fregados, esos políticos de mierda solo roban y roban, y encima joden y joden. Así que quiero ayudar un poco a la gente más vulnerable, trabajar con los pobres, tú entiendes, allí hay más trabajo y hay que hacerlo, se necesita gente que trabaje en la comunidad, haciendo más trabajo de campo. ¿Y tú?, le preguntó a la chica de lentes. Esta respondió: Bueno yo, creo que haré un poco de lo mismo que tú, unos años nada más, quizá dos o tres, para ganar experiencia, y luego quiero ser asesora de congresista, ahí se gana buen billete, ahorraría para mi maestría y sí se puede aprovecharía que estoy en el congreso para conseguir una beca, ya en el gobierno es más fácil agarrar una beca fuera, regresar y trabajar en un ministerio, viajar y tener mi casa de playa. la chica más alta continuó luego: Mostro, yo quiero ser diplomática luego, con mi experiencia en la comunidad quiero hacer puntos para la academia diplomática, con dos o tres idiomas la haces allí y si trabajas con los pobres, mejor pues, tienes más puntos en tu currículo. Bueno amiga, qué bueno verte de años, hora de bajarme, mi paradero está adelante en Izaguirre con Universitaria. Te mensajeo luego a ver que hacemos. La chica de lentes se bajó, apresuró sus blancas zapatillas de tres líneas, subió a un mototaxi y desapareció en la oscuridad. Un paradero más adelante, la chica más alta también bajó. La conversación desapareció, había mas gente ya en el bus y el muchacho de asientos más adelante en diagonal, siguió viendo nalgas a media altura en su teléfono.